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Lentamente el cuerpo se despierta dolorido, aprieta puños y dientes, el rostro tenso de todas sus inserciones, las piernas se agarrotan y pesan, las lágrimas se refugian en el muro del silencio, el albor se apaga, la transparencia agoniza… Sube el telón, coge su barra y se dispone a atravesar el abismo del mundo del recelo y las tinieblas, después empieza la comedia. ¿Dónde estás verdad?, “la verdad cuando la das las pierdes”, ¡Qué razón tenía! ¿Dónde estás libertad, qué han hecho de tu inocencia?Las fieras y los perros esperan y observan… el recorrido avanza incesante sin espera de quien desea escuchar tan triste lejanía. Rodeado de yermo se ahoga lentamente en el mar del sin sentido y la beligerancia. El alma seca y rota se encierra en el secreto de la nada que es el todo. ¿Dónde estás esperanza?¡La Fé sucumbe!
El equilibrista es capaz de guardar el equilibrio porque sabe donde se encuentra el punto de equilibrio del triangulo, conoce las propiedades del centro de gravedad o donde se sitúa el epicentro del triangulo. Pero, su cuerpo no conoce al cero infinito...
Hasta cuando estaremos repitiendo la infernal espiral... (LGV)