Socialistas de
Elite y la filantropía, socios y listos
Las preocupaciones de Felipe González por Venezuela no
son recientes, tampoco son sus negocios ni sus actividades. Ya en el transcurso
de las décadas de los 70, 80 y 90 Felipe había establecido una relación
personal y política con uno de los personajes de la política venezolana Carlos
Andrés Pérez. Pérez, había sido presidente de Venezuela durante los años 1974 y
1979 y simultaneaba la presidencia de su país con la vicepresidencia de la
Internacional socialista, a la que también pertenecía el PSOE.
El inmediato superior de Carlos Andrés Pérez en la
Internacional Socialista era el alemán Willy Brandt, patrocinador del PSOE en
España y el hombre que hizo posible que un grupo sevillano de amigos se
convirtieran junto con los herederos del aparato franquista, en albaceas del
legado institucional de la dictadura franquista.
Según fuentes como
la BBC de Londres más de 3.000 personas
murieron en las masacres ordenadas por el presidente Carlos Andrés Pérez, pero
durante aquellos años del mandato de Carlos Andrés Pérez, a Felipe González le
importaban poco el porvenir de los venezolanos y los miles de muertos que se
habían producido como consecuencia de la represión. Carlos Andrés Pérez no sólo
era un entrañable amigo que le había ayudado a que la operación “Transición”,
sino que además era un mandatario que facilitaba negocios.
A principio de la década de los 80 se inició una amistad
mercantil entre Pérez y González. En el año 83, el gobierno socialdemócrata
expropió Galerías Preciados, así como el conglomerado empresarial Rumasa al que
pertenecía. En 1984, Galerías fue vendida al multimillonario venezolano y
también amigo del tándem Pérez-González, Gustavo Cisneros, por mil quinientos
millones de ptas. Sin embargo el millonario venezolano no tuvo que pagar nada
más que el valor de un plazo, es decir, 750 millones. El pago restante fue aplazado mediante un depósito en Citibank
España. En 1983, la empresa Rumasa, después de ser expropiada por el Estado por
orden del Gobierno de González, renunció a cobrarle a Cisneros los 750 millones
restantes. Cinco años después, en 1988, el venezolano Gustavo Cisneros vendió
Galerías Preciados al grupo británico Mountleigh por 30.600 millones. En el entretanto,
la Administración española, con el excusa de proceder al saneamiento de
Galerías Preciados, inyectó en ella
11.500.000.000 de ptas, en concepto de subvenciones.
Pérez no sólo tuvo que abandonar la presidencia de
Venezuela, sino que, además, se vio obligado a “exilarse” en la República
Dominicana y La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Carlos
Andrés Pérez. Felipe González no dejó de
ejercer por ello internacionalmente su ayuda en defensa de su amigo Perez.
En 1998, con la llegada de Chávez al poder, parecían
haberse acabado los años dorados. Chávez tenia un fuerte ideario
antiimperialista que ponía en correctivo los intereses que González defendía. Aunque
Felipe González no era ya presidente del gobierno en 1999 cuando Chávez accedió al Gobierno de su país, Felipe se puso entonces al servicio de los
grandes oligarcas latinoamericanos: Carlos Slim, el propio Gustavo Cisneros y
una larga cadena de grandes empresas latinoamericanas, de las que se convirtió
en emisario político y asesor.
Durante sus años de gobierno en España, Felipe tuvo que que
lidiar con numerosos casos de corrupción: Filesa, KIO, caso de los Fondos
Reservados, Rumasa, Naseiro, Expo'92, caso Roldán, Banesto, Palomino, Ibercorp…
Hoy en día Felipe González es un
empresario millonario que ha entrado al mundo de lo privado gracias a las puertas
giratorias.
Felipe González era un abogado sevillano con ambición que se benefició de los últimos tiempos de la
dictadura franquista cuando esta apoyó a un nuevo partido con viejas siglas. El
abogado laboralista fue elegido nuevo secretario general del PSOE sin ni
siquiera ser miembro de la Ejecutiva y ahí estaba la clave de la renovación
según se deduce de son discurso en Suresne[1]. En efecto, Felipe
González fue el líder de un nuevo partido que mantendrá su imagen de izquierdas
por un lado mientras por el otro aceptaba la monarquía, la OTAN y toda la herencia
del franquismo y cuando llegó al gobierno, se comportó como un instrumento del
capital y después en un hombre de negocios junto a los oligarcas de Sudamérica.
Según los rumores Felipe González se hizo rico y frecuenta a reyes y
millonarios latinoamericanos, adquiere propiedades... Amigo de millonarios como
Gustavo Cisneros o Carlos Slim, llevo a
su partido hacia el capitalismo.
“Si tuviera dinero, me compraría una casa”, dijo en una
declaración, no obstante, el periodista Javier Chicote[2] investigó en el registro
de la propiedad y encontró a su nombre: una parcela de 500 metros cuadrados que
albergaba una vivienda de 350 metros distribuidos en cuatro plantas (dos
principales, además de sótano y ático) en Somosaguas, una casa familiar en
Pozuelo de Alarcón (Madrid), otra casa en una lujosa urbanización de Sotogrande
(Cádiz), pero lo único que poseía cuando era abogado laboralista era una casita
en Castellar de la Frontera (Cádiz), pago de unos vecinos a los que ganó un
pleito.
La partición de bienes que hizo con Carmen Romero cuando
se divorció fue: la primera de las casas es la gran inversión que hizo el
matrimonio en junio de 1991. Felipe González le compró a su amigo Lucio
Blázquez dos parcelas de 500 metros cuadrados cada una por 28 millones de
pesetas. La otra propiedad que se quedó Carmen Romero está compuesta de cuatro
escrituras: una casa, dos garajes y un trastero en Sotogrande (Cádiz), sin duda
otra de las zonas residenciales más distinguidas de España, pagó 1 millón de
euros por la finca extremeña “El Penitencial” y una mansión en Tánger de 2,5
millones de euros. Sus allegados aseguran que también posee propiedades en Hispanoamérica,
pero todo lo que posea o no en América no ha podido ser demostrado.
No obstante, Felipe dirigente socialista, posee
influyentes amistades en la política y la empresa que han podido arropar sus
inversiones. Su esposa, Patricia Phelps de Cisneros, poseía relaciones
privilegiadas con el Museo Reina Sofía, institución pública cuyo patronato ha
sido dirigido por dos dirigentes socialistas amigos de Felipe González:
Guillermo de la Dehesa y Carlos Solchaga, así como aterrizaron como vocales
otros dos políticos “populares”: José María Lassalle y Miguel Ángel Cortés. A
su lado, empresarios y banqueros: César Alierta, Emilio Botín Sanz de Sautuola
y García de los Ríos, Isidro Fainé y Pablo Isla.
Por otro lado, Felipe González recurrió a los servicios
secretos de Carrero Blanco para procurarse la logística y poder acudir
“clandestinamente” al congreso de Suresnes que derribó a los “veteranos y
verdaderos históricos socialistas”. A la ida, nadie le pidió el pasaporte, que
tenía requisado, y a la vuelta nadie le encarceló, solo fue retenido unas
horas. Para ello empleó los contactos familiares de su entonces novia, después
esposa y a la vejez repudiada, Carmen Romero. En efecto, su padre, Vicente
Romero, coronel del Ejército y concejal en Sevilla con Franco, era el médico de
Carrero Blanco.
En “Socialistas[3] de élite”, se dice que las
actividades y asignaciones de Felipe González le reportan una cantidad que
ronda los 600.000 euros anuales. Desde diciembre de 2010 éste es consejero
independiente de Gas Natural. Tiene un salario de 126.500 euros que, divididos
entre las once reuniones anuales del Consejo de Administración, sale a 11.500
euros por cada una de ellas. Unos ingresos que son totalmente compatibles con las
asignaciones que todos los años el Parlamento otorga a los expresidentes del
Gobierno.
Además de Gas Natural, su fuente de ingresos reside en
las conferencias, su tarifa está por encima de los 80.000 euros. Le representa la agencia Thinking Heads, la
misma que llevaba a Miguel Boyer, Javier Solana, Josep Borrell o Pedro Solbes.
En cuanto a empresas propias, González
puso en marcha el 24 de julio de 2011 lalcon Consultoría; después fue la
puesta en marcha de la sociedad gestora de capital riesgo Tagua Capital, cuyo
socio es su yerno, Eric Bergasa, socio a su vez en Room Mate de Kike Sarasola,
el hijo del empresario, amigo de Felipe González, Enrique Sarasola.
La pareja del expresidente, Mar García Vaquero, y un
amigo, Jesús Barderas, aparecen vinculados a los papeles de Panamá. Los papeles
del bufete Mossack & Fonseca que han puesto al descubierto las sociedades
offshore del amigo de Felipe González, y de su actual pareja Mar García
Vaquero, colocando al ex presidente del Gobierno en el primer plano de la
conexión panameña.
Hace ahora veinte años, a comienzos de 1996, el entonces
inquilino de La Moncloa, logró emperifollar el caso Sarasola y del Metro de
Medellín. González esquivó las incisivas preguntas de los grupos de la
oposición en el Congreso y una incómoda investigación judicial en la Audiencia
Nacional sobre los negocios en Panamá de su amigo Enrique Sarasola Lerchundi.
El empresario vasco había constituido a través del
despacho panameño Arze & Guardia la sociedad ENSECO para disimular las
comisiones del proyecto del Metro de Medellín. Sarasola, por su intermediación,
llegó a recaudar 3.500 millones de las antiguas pesetas (al cambio, 21 millones
de euros). Y se supo que González, que acababa de instalarse en La Moncloa,
había intercedido por su amigo ante el presidente colombiano, Belisario
Betancur.
La fraternidad entre González y Barderas es la misma que
les unía a ambos con Enrique Sarasola Lerchundi. Sarasola, casado con una
colombiana perteneciente a una influyente familia, se convirtió en el compañero
inseparable de Felipe en sus viajes a Suramérica, antes y después de ganar las
elecciones de 1982. El empresario vasco fue quien puso en contacto a González
con primeras figuras de la política americana como Omar Torrijos, presidente de
Panamá entre 1969 y 1981, o Carlos Andrés Pérez, presidente de Venezuela
durante nueve años hasta 1993.
En uno de sus viajes a Panamá de la mano de Sarasola, el
ex presidente conoció a Cyntia Martínez Riter, la secretaria personal del
empresario vasco y la panameña Lupe y González iniciaron una estrecha relación
que duró varios años. González también
se sirvió para llegar a su actual pareja, Mar García Vaquero, de otro de sus
amigos ya fallecido, Luis García Cereceda. La empresaria madrileña abrió una
cuenta en Suiza a nombre de una sociedad constituida por el despacho panameño
Mossack & Fonseca en 2004. Así queda
demostrado en los papeles de Panamá desvelados por el Consorcio Internacional
de Periodistas de Investigación y publicados en España por El Confidencial.
Pero la amistad entre Cereceda y González vio la luz
pública gracias a otro asunto, la supuesta compra por parte de Piluca Navarro,
la jefa de la Secretaría del presidente en La Moncloa, de un piso de lujo en la
calle Almagro de Madrid, construida por una de las sociedades de García
Cereceda, Inversiones Urbanas Almagro.
El asunto de la conexión panameña de Sarasola tras
conocerse la existencia de la firma instrumental ENSECO, una sociedad nodriza
constituida exclusivamente para cobrar las comisiones del contrato del Metro de
Medellín, llegó en 1996 hasta la madrileña Carrera de San Jerónimo. Julio Anguita, el coordinador general de
Izquierda Unida, solicitó en el Congreso una comisión de investigación
parlamentaria sobre el llamado caso Sarasola y Panamá. Felipe González se
escudó una vez más en una “conspiración”.
Las denuncias periodísticas sobre el caso Sarasola llevaron
tanto al Partido Popular como a Izquierda Unida a pedir una reunión de la
Diputación Permanente del Congreso para que compareciera el presidente del
Gobierno. Querían saber cómo pensaba asumir sus responsabilidades políticas
tanto en el caso GAL como en el caso Sarasola. Sin embargo, la propuesta no
prosperó porque el presidente del Comité de Gobierno de Unió Democrática de
Catalunya, Josep Antoni Duran Lleida, se apresuró a anunciar que CiU rechazaría
la comparecencia de González.
El Tribunal de Cuentas, siendo su presidente Pascual
Sala, y el Instituto Nacional de Industria (INI), cuando su máximo responsable
era Jordi Mercader, ocultaron una partida de 473 millones de pesetas (2,8 millones de euros)
que la empresa pública Ateinsa había pagado a Enrique Sarasola Lerchundi, como
parte de su comisión por la adjudicación de las obras del metro de Medellín. El
Tribunal de Cuentas había remitido al Congreso de los Diputados, en marzo de
1990, una auditoría realizada a la empresa pública Ateinsa sobre las cuentas de
sus ejercicios comprendidos entre 1981 y 1986, ambos inclusive. Pero en dicho
informe, firmado por su presidente Pascual Sala, omitió el pago que la empresa
del INI reflejaba en sus balances.
La investigación judicial sobre el caso de Sarasola, que
había sido abierta por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, quedó
archivada tras el fallecimiento del amigo de Felipe el 3 de noviembre de 2002.
Dos días después, Felipe González le dedicaba un artículo a su amigo en un periódico. González podía haberse referido
también en su artículo a la definición de Solchaga sobre las excelencias de
España: “El país en el que es posible enriquecerse más deprisa”.
Según contaba el 17 de abril de 2016 Okdiario la empresa
del ex presidente, Ialcon Consultoría SL, facturo 4,4 millones de euros en tan
sólo cinco años (entre 2010 y 2014) por desarrollar labores de asesoría
jurídica, económica y fiscal. Durante este período, la facturación de la
empresa no ha dejado de crecer: declaró unos ingresos de 427.706 euros en el
ejercicio 2010, una cifra ligeramente superior el año siguiente, 474.383 euros,
y otros 586.899 euros en 2012. Pero la actividad de Ialcon Consultoria se disparó
especialmente en los dos ejercicios siguientes: registró unos ingresos de
1.043.945 euros antes de impuestos en 2013 y casi el doble, 1.860.031 euros, en
2014. Según consta en el Registro Mercantil, Felipe González es el titular de
78,2% de las acciones de esta consultora, mientras que el 21,8% restante se
reparte a partes iguales entre sus hijos María (que además actúa como
administradora única), David y Pablo González Romero. La empresa tiene un
patrimonio declarado de 4,5 millones de euros, que incluye dos propiedades: la
vivienda familiar de Pozuelo de Alarcón (en la que hoy reside su hija) y la
finca de 49 hectáreas que Felipe González compró en 2013 en la sierra de
Guadalupe (Cáceres).
Además Felipe González miembro del consejo de administración
de Gas Natural le reportaba unos ingresos anuales próximos a los 126.500 euros.
El ex presidente del Gobierno también impulsó en 2011 la creación de una
sociedad de capital riesgo, Tagua Capital, en la que participaron empresarios
como Juan Ignacio López Gandasegui (presidente de Aernova), Eduardo
Díez-Hochleitner (ex directivo de Prisa), José Manuel Pemán Céspedes o Emilio
Ontiveros. Desde agosto de 2013, Felipe González es el accionista único de
Tagua Capital, que declaró unos ingresos de 185.740 euros en 2013 y 223.236
euros en el ejercicio 2014.
Otro amigo de Felipe es Carlos Slim y su otro socio en
España es el ex ministro chileno Fernando Flores, con quien comparte su empresa
“Emprendedores”. Le gusta decir a González que la mayor parte de su tiempo lo
gasta en actividades “non profit” para referirse a lo que en español se diría
“filantropía”! Qué moderno este Felipe…
¡¿Sera Verdad?! O es una broma?
[1] El 13 Congreso de Suresnes de los celebrados por
el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) durante el exilio entre los días 11
y 13 de octubre de 1974 reconoce un cambió en la orientación política e
ideológica del PSOE poco antes de la transición democrática en España..
Para respaldar al Congreso estuvieron presentes
Willy Brandt, ex canciller alemán y líder socialdemócrata François Mitterrand y
Bruno Pittermann, presidente en ese momento de la Internacional Socialista. Muchas
federaciones propusieron en un primer momento a Nicolás Redondo como candidato
a secretario general, pero no aceptó. Por una parte, algunos historiadores
consideran que la candidatura de Felipe González estaba pactada desde un año
antes. Las consecuencias: La primera de ellas y la más buscada por los
delegados era el liderazgo y la imagen joven y combativa del PSOE.
El hombre
clave del congreso de Suresnes fue el sevillano Alfonso Guerra, un hombre de
origen humilde, con estudios universitarios y muy aficionado al teatro. Él
movió los hilos, supervisó las ponencias y garantizó la elección de Felipe
González como secretario general, frente al núcleo madrileño encabezado por
Pablo Castellanos y Francisco Bustelo.
[2] Javier Chicote (Logroño, 1979), es un
periodista de investigación español y profesor universitario. Destaca por
destapar informaciones sobre tramas de corrupción política y económica en
investigaciones como el Caso Gürtel,1 Caso Palau,2 Nueva Rumasa, Marsans, los
negocios de los Pujol, Felipe González,3 Iván Chaves o el caso Manos
Limpias-Ausbanc. Reveló las corruptelas de Francisco Granados en una serie de
reportajes en la revista Interviú en febrero de 2009, cinco años antes de la
detención del político del Partido Popular. Estas informaciones sirvieron a la
Fiscalía Anticorrupción para abrir las diligencias de investigación de la trama
Púnica. También documentó la relación de los dirigentes de Podemos con los
gobiernos de Venezuela e Irán, publicando las facturas cobradas por Pablo
Iglesias y el documento en el que Hugo Chávez ordenaba financiar la creación de
un partido de corte bolivariano en España.