lunes, 12 de marzo de 2018

Los Socialistas de Elite y la filantropía, socios y listos



Socialistas de Elite y la filantropía, socios y listos

Las preocupaciones de Felipe González por Venezuela no son recientes, tampoco son sus negocios ni sus actividades. Ya en el transcurso de las décadas de los 70, 80 y 90 Felipe había establecido una relación personal y política con uno de los personajes de la política venezolana Carlos Andrés Pérez. Pérez, había sido presidente de Venezuela durante los años 1974 y 1979 y simultaneaba la presidencia de su país con la vicepresidencia de la Internacional socialista, a la que también pertenecía el PSOE.
El inmediato superior de Carlos Andrés Pérez en la Internacional Socialista era el alemán Willy Brandt, patrocinador del PSOE en España y el hombre que hizo posible que un grupo sevillano de amigos se convirtieran junto con los herederos del aparato franquista, en albaceas del legado institucional de la dictadura franquista.
 Según fuentes como la BBC de Londres  más de 3.000 personas murieron en las masacres ordenadas por el presidente Carlos Andrés Pérez, pero durante aquellos años del mandato de Carlos Andrés Pérez, a Felipe González le importaban poco el porvenir de los venezolanos y los miles de muertos que se habían producido como consecuencia de la represión. Carlos Andrés Pérez no sólo era un entrañable amigo que le había ayudado a que la operación “Transición”, sino que además era un mandatario que facilitaba negocios.
A principio de la década de los 80 se inició una amistad mercantil entre Pérez y González. En el año 83, el gobierno socialdemócrata expropió Galerías Preciados, así como el conglomerado empresarial Rumasa al que pertenecía. En 1984, Galerías fue vendida al multimillonario venezolano y también amigo del tándem Pérez-González, Gustavo Cisneros, por mil quinientos millones de ptas. Sin embargo el millonario venezolano no tuvo que pagar nada más que el valor de un plazo, es decir, 750 millones. El pago restante  fue aplazado mediante un depósito en Citibank España. En 1983, la empresa Rumasa, después de ser expropiada por el Estado por orden del Gobierno de González, renunció a cobrarle a Cisneros los 750 millones restantes. Cinco años después, en 1988, el venezolano Gustavo Cisneros vendió Galerías Preciados al grupo británico Mountleigh por 30.600 millones. En el entretanto, la Administración española, con el excusa de proceder al saneamiento de Galerías Preciados, inyectó en ella  11.500.000.000 de ptas, en concepto de subvenciones.
Pérez no sólo tuvo que abandonar la presidencia de Venezuela, sino que, además, se vio obligado a “exilarse” en la República Dominicana y La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó a Carlos Andrés Pérez.  Felipe González no dejó de ejercer por ello internacionalmente su ayuda  en defensa de su amigo Perez.
En 1998, con la llegada de Chávez al poder, parecían haberse  acabado los años dorados.  Chávez tenia un fuerte ideario antiimperialista que ponía en correctivo los intereses que González defendía. Aunque Felipe González no era ya presidente del gobierno en 1999 cuando  Chávez accedió al Gobierno de su país,  Felipe se puso entonces al servicio de los grandes oligarcas latinoamericanos: Carlos Slim, el propio Gustavo Cisneros y una larga cadena de grandes empresas latinoamericanas, de las que se convirtió en emisario político y asesor.
Durante sus años de gobierno en España, Felipe tuvo que que lidiar con numerosos casos de corrupción: Filesa, KIO, caso de los Fondos Reservados, Rumasa, Naseiro, Expo'92, caso Roldán, Banesto, Palomino, Ibercorp…  Hoy en día Felipe González es un empresario millonario que ha entrado al mundo de lo privado gracias a las puertas giratorias.
Felipe González era un abogado sevillano con ambición  que se benefició de los últimos tiempos de la dictadura franquista cuando esta apoyó a un nuevo partido con viejas siglas. El abogado laboralista fue elegido nuevo secretario general del PSOE sin ni siquiera ser miembro de la Ejecutiva y ahí estaba la clave de la renovación según se deduce de son discurso en Suresne[1]. En efecto, Felipe González fue el líder de un nuevo partido que mantendrá su imagen de izquierdas por un lado mientras por el otro aceptaba la monarquía, la OTAN y toda la herencia del franquismo y cuando llegó al gobierno, se comportó como un instrumento del capital y después en un hombre de negocios junto a los oligarcas de Sudamérica. Según los rumores Felipe González se hizo rico y frecuenta a reyes y millonarios latinoamericanos, adquiere propiedades... Amigo de millonarios como Gustavo Cisneros o  Carlos Slim, llevo a su partido hacia el capitalismo.
“Si tuviera dinero, me compraría una casa”, dijo en una declaración, no obstante, el periodista Javier Chicote[2] investigó en el registro de la propiedad y encontró a su nombre: una parcela de 500 metros cuadrados que albergaba una vivienda de 350 metros distribuidos en cuatro plantas (dos principales, además de sótano y ático) en Somosaguas, una casa familiar en Pozuelo de Alarcón (Madrid), otra casa en una lujosa urbanización de Sotogrande (Cádiz), pero lo único que poseía cuando era abogado laboralista era una casita en Castellar de la Frontera (Cádiz), pago de unos vecinos a los que ganó un pleito.
La partición de bienes que hizo con Carmen Romero cuando se divorció fue: la primera de las casas es la gran inversión que hizo el matrimonio en junio de 1991. Felipe González le compró a su amigo Lucio Blázquez dos parcelas de 500 metros cuadrados cada una por 28 millones de pesetas. La otra propiedad que se quedó Carmen Romero está compuesta de cuatro escrituras: una casa, dos garajes y un trastero en Sotogrande (Cádiz), sin duda otra de las zonas residenciales más distinguidas de España, pagó 1 millón de euros por la finca extremeña “El Penitencial” y una mansión en Tánger de 2,5 millones de euros. Sus allegados aseguran que también posee propiedades en Hispanoamérica, pero todo lo que posea o no en América no ha podido ser demostrado.
No obstante, Felipe dirigente socialista, posee influyentes amistades en la política y la empresa que han podido arropar sus inversiones. Su esposa, Patricia Phelps de Cisneros, poseía relaciones privilegiadas con el Museo Reina Sofía, institución pública cuyo patronato ha sido dirigido por dos dirigentes socialistas amigos de Felipe González: Guillermo de la Dehesa y Carlos Solchaga, así como aterrizaron como vocales otros dos políticos “populares”: José María Lassalle y Miguel Ángel Cortés. A su lado, empresarios y banqueros: César Alierta, Emilio Botín Sanz de Sautuola y García de los Ríos, Isidro Fainé y Pablo Isla.
Por otro lado, Felipe González recurrió a los servicios secretos de Carrero Blanco para procurarse la logística y poder acudir “clandestinamente” al congreso de Suresnes que derribó a los “veteranos y verdaderos históricos socialistas”. A la ida, nadie le pidió el pasaporte, que tenía requisado, y a la vuelta nadie le encarceló, solo fue retenido unas horas. Para ello empleó los contactos familiares de su entonces novia, después esposa y a la vejez repudiada, Carmen Romero. En efecto, su padre, Vicente Romero, coronel del Ejército y concejal en Sevilla con Franco, era el médico de Carrero Blanco.
 En “Socialistas[3] de élite”, se dice que las actividades y asignaciones de Felipe González le reportan una cantidad que ronda los 600.000 euros anuales. Desde diciembre de 2010 éste es consejero independiente de Gas Natural. Tiene un salario de 126.500 euros que, divididos entre las once reuniones anuales del Consejo de Administración, sale a 11.500 euros por cada una de ellas. Unos ingresos que son totalmente compatibles con las asignaciones que todos los años el Parlamento otorga a los expresidentes del Gobierno.
Además de Gas Natural, su fuente de ingresos reside en las conferencias, su tarifa está por encima de los 80.000 euros.  Le representa la agencia Thinking Heads, la misma que llevaba a Miguel Boyer, Javier Solana, Josep Borrell o Pedro Solbes. En cuanto a empresas propias, González  puso en marcha el 24 de julio de 2011 lalcon Consultoría; después fue la puesta en marcha de la sociedad gestora de capital riesgo Tagua Capital, cuyo socio es su yerno, Eric Bergasa, socio a su vez en Room Mate de Kike Sarasola, el hijo del empresario, amigo de Felipe González, Enrique Sarasola.
La pareja del expresidente, Mar García Vaquero, y un amigo, Jesús Barderas, aparecen vinculados a los papeles de Panamá. Los papeles del bufete Mossack & Fonseca que han puesto al descubierto las sociedades offshore del amigo de Felipe González, y de su actual pareja Mar García Vaquero, colocando al ex presidente del Gobierno en el primer plano de la conexión panameña.
Hace ahora veinte años, a comienzos de 1996, el entonces inquilino de La Moncloa, logró emperifollar el caso Sarasola y del Metro de Medellín. González esquivó las incisivas preguntas de los grupos de la oposición en el Congreso y una incómoda investigación judicial en la Audiencia Nacional sobre los negocios en Panamá de su amigo Enrique Sarasola Lerchundi.
El empresario vasco había constituido a través del despacho panameño Arze & Guardia la sociedad ENSECO para disimular las comisiones del proyecto del Metro de Medellín. Sarasola, por su intermediación, llegó a recaudar 3.500 millones de las antiguas pesetas (al cambio, 21 millones de euros). Y se supo que González, que acababa de instalarse en La Moncloa, había intercedido por su amigo ante el presidente colombiano, Belisario Betancur.
La fraternidad entre González y Barderas es la misma que les unía a ambos con Enrique Sarasola Lerchundi. Sarasola, casado con una colombiana perteneciente a una influyente familia, se convirtió en el compañero inseparable de Felipe en sus viajes a Suramérica, antes y después de ganar las elecciones de 1982. El empresario vasco fue quien puso en contacto a González con primeras figuras de la política americana como Omar Torrijos, presidente de Panamá entre 1969 y 1981, o Carlos Andrés Pérez, presidente de Venezuela durante nueve años hasta 1993.
En uno de sus viajes a Panamá de la mano de Sarasola, el ex presidente conoció a Cyntia Martínez Riter, la secretaria personal del empresario vasco y la panameña Lupe y González iniciaron una estrecha relación que duró varios años.  González también se sirvió para llegar a su actual pareja, Mar García Vaquero, de otro de sus amigos ya fallecido, Luis García Cereceda. La empresaria madrileña abrió una cuenta en Suiza a nombre de una sociedad constituida por el despacho panameño Mossack & Fonseca en 2004.  Así queda demostrado en los papeles de Panamá desvelados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y publicados en España por El Confidencial.
Pero la amistad entre Cereceda y González vio la luz pública gracias a otro asunto, la supuesta compra por parte de Piluca Navarro, la jefa de la Secretaría del presidente en La Moncloa, de un piso de lujo en la calle Almagro de Madrid, construida por una de las sociedades de García Cereceda, Inversiones Urbanas Almagro.
El asunto de la conexión panameña de Sarasola tras conocerse la existencia de la firma instrumental ENSECO, una sociedad nodriza constituida exclusivamente para cobrar las comisiones del contrato del Metro de Medellín, llegó en 1996 hasta la madrileña Carrera de San Jerónimo.  Julio Anguita, el coordinador general de Izquierda Unida, solicitó en el Congreso una comisión de investigación parlamentaria sobre el llamado caso Sarasola y Panamá. Felipe González se escudó una vez más en una “conspiración”.
Las denuncias periodísticas sobre el caso Sarasola llevaron tanto al Partido Popular como a Izquierda Unida a pedir una reunión de la Diputación Permanente del Congreso para que compareciera el presidente del Gobierno. Querían saber cómo pensaba asumir sus responsabilidades políticas tanto en el caso GAL como en el caso Sarasola. Sin embargo, la propuesta no prosperó porque el presidente del Comité de Gobierno de Unió Democrática de Catalunya, Josep Antoni Duran Lleida, se apresuró a anunciar que CiU rechazaría la comparecencia de González.
El Tribunal de Cuentas, siendo su presidente Pascual Sala, y el Instituto Nacional de Industria (INI), cuando su máximo responsable era Jordi Mercader, ocultaron una partida de 473  millones de pesetas (2,8 millones de euros) que la empresa pública Ateinsa había pagado a Enrique Sarasola Lerchundi, como parte de su comisión por la adjudicación de las obras del metro de Medellín. El Tribunal de Cuentas había remitido al Congreso de los Diputados, en marzo de 1990, una auditoría realizada a la empresa pública Ateinsa sobre las cuentas de sus ejercicios comprendidos entre 1981 y 1986, ambos inclusive. Pero en dicho informe, firmado por su presidente Pascual Sala, omitió el pago que la empresa del INI reflejaba en sus balances.
La investigación judicial sobre el caso de Sarasola, que había sido abierta por el juez de la Audiencia Nacional, Ismael Moreno, quedó archivada tras el fallecimiento del amigo de Felipe el 3 de noviembre de 2002. Dos días después, Felipe González le dedicaba un artículo a su amigo en  un periódico. González podía haberse referido también en su artículo a la definición de Solchaga sobre las excelencias de España: “El país en el que es posible enriquecerse más deprisa”.
Según contaba el 17 de abril de 2016 Okdiario la empresa del ex presidente, Ialcon Consultoría SL, facturo 4,4 millones de euros en tan sólo cinco años (entre 2010 y 2014) por desarrollar labores de asesoría jurídica, económica y fiscal. Durante este período, la facturación de la empresa no ha dejado de crecer: declaró unos ingresos de 427.706 euros en el ejercicio 2010, una cifra ligeramente superior el año siguiente, 474.383 euros, y otros 586.899 euros en 2012. Pero la actividad de Ialcon Consultoria se disparó especialmente en los dos ejercicios siguientes: registró unos ingresos de 1.043.945 euros antes de impuestos en 2013 y casi el doble, 1.860.031 euros, en 2014. Según consta en el Registro Mercantil, Felipe González es el titular de 78,2% de las acciones de esta consultora, mientras que el 21,8% restante se reparte a partes iguales entre sus hijos María (que además actúa como administradora única), David y Pablo González Romero. La empresa tiene un patrimonio declarado de 4,5 millones de euros, que incluye dos propiedades: la vivienda familiar de Pozuelo de Alarcón (en la que hoy reside su hija) y la finca de 49 hectáreas que Felipe González compró en 2013 en la sierra de Guadalupe (Cáceres).
Además Felipe González miembro del consejo de administración de Gas Natural le reportaba unos ingresos anuales próximos a los 126.500 euros. El ex presidente del Gobierno también impulsó en 2011 la creación de una sociedad de capital riesgo, Tagua Capital, en la que participaron empresarios como Juan Ignacio López Gandasegui (presidente de Aernova), Eduardo Díez-Hochleitner (ex directivo de Prisa), José Manuel Pemán Céspedes o Emilio Ontiveros. Desde agosto de 2013, Felipe González es el accionista único de Tagua Capital, que declaró unos ingresos de 185.740 euros en 2013 y 223.236 euros en el ejercicio 2014.
Otro amigo de Felipe es Carlos Slim y su otro socio en España es el ex ministro chileno Fernando Flores, con quien comparte su empresa “Emprendedores”. Le gusta decir a González que la mayor parte de su tiempo lo gasta en actividades “non profit” para referirse a lo que en español se diría “filantropía”! Qué moderno este Felipe…
¡¿Sera Verdad?! O es una broma?


[1] El  13 Congreso de Suresnes de los celebrados por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) durante el exilio entre los días 11 y 13 de octubre de 1974 reconoce un cambió en la orientación política e ideológica del PSOE poco antes de la transición democrática en España..
Para respaldar al Congreso estuvieron presentes Willy Brandt, ex canciller alemán y líder socialdemócrata François Mitterrand y Bruno Pittermann, presidente en ese momento de la Internacional Socialista. Muchas federaciones propusieron en un primer momento a Nicolás Redondo como candidato a secretario general, pero no aceptó. Por una parte, algunos historiadores consideran que la candidatura de Felipe González estaba pactada desde un año antes. Las consecuencias: La primera de ellas y la más buscada por los delegados era el liderazgo y la imagen joven y combativa del PSOE.
El hombre clave del congreso de Suresnes fue el sevillano Alfonso Guerra, un hombre de origen humilde, con estudios universitarios y muy aficionado al teatro. Él movió los hilos, supervisó las ponencias y garantizó la elección de Felipe González como secretario general, frente al núcleo madrileño encabezado por Pablo Castellanos y Francisco Bustelo.
[2] Javier Chicote (Logroño, 1979), es un periodista de investigación español y profesor universitario. Destaca por destapar informaciones sobre tramas de corrupción política y económica en investigaciones como el Caso Gürtel,1​ Caso Palau,2​ Nueva Rumasa, Marsans, los negocios de los Pujol, Felipe González,3​ Iván Chaves o el caso Manos Limpias-Ausbanc. Reveló las corruptelas de Francisco Granados en una serie de reportajes en la revista Interviú en febrero de 2009, cinco años antes de la detención del político del Partido Popular. Estas informaciones sirvieron a la Fiscalía Anticorrupción para abrir las diligencias de investigación de la trama Púnica. También documentó la relación de los dirigentes de Podemos con los gobiernos de Venezuela e Irán, publicando las facturas cobradas por Pablo Iglesias y el documento en el que Hugo Chávez ordenaba financiar la creación de un partido de corte bolivariano en España.